Lima: Otro Año de Agonía
Reflexiones en un Nuevo Aniversario de la Maltratada Capital
-Doctor, mi tía está muy enferma. ¿Qué se puede hacer?
-¿Ha probado maquillarla? Seguro se verá mejor.
Así de absurda me parece la política de las últimas gestiones municipales hacia la ciudad de Lima.
Personalmente, en otro aniversario de Lima, a mí me causa mucha pena el deterioro que enfrenta la ciudad, porque desde niño estuve acostumbrado a recorrerla, gracias a que a mi papá le gustaba mostrarnos la Quinta Heeren, las iglesias de Barrios Altos, el Rímac y muchos lugares más.
A comienzos de este siglo, comencé a llevar a mis alumnos al Centro Histórico y luego también organicé recorridos con diversos amigos. Muchos se quedaban sorprendidos cuando veían un lugar lleno de vida, con una arquitectura que había resistido los terremotos y con muchos espacios públicos. Especialmente a mis amigos y a mí nos gustaba recorrer Barrios Altos, visitar las quintas, almorzar en la Plaza Italia, recorrer las iglesias la noche del Jueves Santo y tomar fotos, muchas fotos.
Lamentablemente, en la actualidad, las visitas al Centro Histórico permiten mas bien constatar la destrucción y del abandono.
Hace unos días, en la Plaza San Martín, una cooperante suiza me preguntó quiénes habían quemado el edificio Giacoletti. Le expliqué que la causa no había sido una asonada o un coche bomba, como ella suponía, sino el descuido en una pollería.
Los incendios en el Centro Histórico se producen por causas perfectamente evitables: el almacenamiento de productos inflamables y el descuido en actividades riesgosas como restaurantes. De esta forma, en menos de diez años, dos edificios de la Plaza Dos de Mayo han sido destruidos por sucesivos incendios, el edificio de la Compañía de Seguros en pleno Jirón de la Unión se quemó dos veces, en Monserrate muchas familias perdieron todo por el incendio de una casona.
Pareciera realmente que no existe en la Municipalidad de Lima un área de Fiscalización que pueda poner coto a tanta absurda destrucción. Pareciera también que es imposible reconstruir los edificios incendiados, pero no lo es: en pocos meses, la pollería Villa Chicken pudo reconstruir la casona donde vivió Pancho Fierro. La falta de voluntad política y los entrampamientos legales han generado que visitar el Centro Histórico implique toparse con una sucesión de ruinas.
Igualmente, al deterioro del patrimonio se ha sumado desde el 2020 la crisis económica que generó el confinamiento con terribles consecuencias: muchas personas perdieron todo lo que tenían y ahora pernoctan a la intemperie en la Plazuela de San Pedro y las inmediaciones de la Biblioteca Nacional. Hace cuarenta años, la muerte de un niño lustrabotas en la Plaza San Martín generó una gran inversión de la Municipalidad de Lima para evitar que más niños vivan en la calle. Ahora, pareciera que nadie ve a tantos indigentes.
Tampoco pareciera que los funcionarios municipales ven casi un centenar de depósitos ilegales que se han levantado en la zona de Barrios Altos, todos de más de siete pisos. Para construirlos, los inescrupulosos inversionistas destruyen quintas y casonas y desalojan a los vecinos que carecen de título de propiedad.
En algún caso, se ha logrado que el Ministerio de Cultura disponga la demolición de uno de los depósitos… pero como no cuenta con la maquinaria necesaria para ejecutar la sanción, la resolución quedó en letra muerta.
Hace unos años, con algunos amigos formamos el colectivo Salvemos Lima que busca sensibilizar a la población y las autoridades sobre la situación del Centro Histórico. Realizamos denuncias, organizamos visitas para mostrar los riesgos existentes, nos reunimos con vecinos y funcionarios, solicitamos información que es de acceso público. La labor es ardua, especialmente por la indiferencia de las autoridades y una actitud fatalista asumiendo que nada se puede hacer. Por supuesto que es importante pintar fachadas, restaurar monumentos y hacer peatonales algunas calles… pero los problemas del Centro Histórico son mucho más graves.
En pocos meses, los limeños elegirán a su próximo Alcalde y espero que existan propuestas serias para detener la destrucción del Centro Histórico, especialmente atendiendo a la población indigente, reconstruyendo los edificios incendiados y trasladando las actividades comerciales que tantos riesgos generan.
De lo contrario, cada aniversario de Lima será una fecha triste para constatar la paulatina destrucción de la ciudad.
ADEMÁS…
Para este 18 de enero a las 7pm están todos invitados al conversatorio: ¿Se puede Salvar a Lima? Análisis de los peligros que acechan al Centro Histórico. El conversatorio se transmitirá por la página de Facebook de Salvemos Lima y para participar en el zoom las inscripciones se realizan llenando el siguiente formulario: https://forms.gle/5qVZwjX75YpDNqdN6 .