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LA ÚLTIMA NOTICIA

La película más fidedigna sobre lo que Ayacucho vivió durante el régimen de Belaúnde

Publicado: 2016-05-01


-Paro armado era otro nombre para el toque de queda, ¿no es así? –comentó un abogado en una clase de la Maestría de Derecho Penal.

Varias veces me ha ocurrido que los universitarios ignoren lo que vivió el Perú durante los años del conflicto armado, lo cual es comprensible, porque nacieron años después de estos hechos ocurrieran, pero me sorprendió este desconocimiento en alguien mucho mayor, que sin duda, al menos de niño, había experimentado alguna de esas situaciones o las dos.

Sin embargo, es frecuente que muchos peruanos prefieran olvidar aquellos tiempos tan difíciles e inclusive la común expresión “la época del terrorismo” alude solamente a una parte de la violencia. Reconocer la violencia de las fuerzas de seguridad implica admitir que muchos crímenes que cometieron siguen impunes y, que además, a muchas personas en Lima y otras ciudades les importaba muy poco, con tal que así se derrotara a los senderistas.

Horas después, la pregunta de mi alumno cobró mucho realismo: en la noche fui a ver La Última Noticia. En esta película, los protagonistas viven en una ciudad de Ayacucho donde los militares han impuesto el toque de queda y en una de los momentos más dramáticos, los senderistas toman una emisora radial para convocar a un paro armado. El guión, las actuaciones, la reconstrucción de los hechos hacen que se trate de la película que mejor describe los años 1982 y 1983, mostrando toda la crueldad y ensañamiento que tuvieron tanto los senderistas como los militares.

La película, elaborada por el Grupo Chaski presenta también la inicial vacilación de algunos grupos de izquierda que llamaban a los senderistas “compañeros equivocados”. Se muestra el ensañamiento de los senderistas en la masacre de Lucanamarca, así como la crueldad de los militares en el ataque a una iglesia evangélica, tan terrible como cuando los nazis atacaban sinagogas. De hecho, la película muestra cómo la brutal respuesta de los militares originó que muchos ayacuchanos simpatizaran con los grupos subversivos, al punto que muchos escolares se suman a ellos voluntariamente. La película muestra el heroísmo cotidiano de miles de personas que murieron por rehusarse a participar en crímenes (probablemente, por eso la ejecución de los evangélicos es tan atroz).

Pietro Sibile representa magistralmente al protagonista, el periodista Alonso Vilca, quien simpatiza inicialmente con Belaúnde, a quien considera un gobernante democrático y cree que los crímenes son excesos aislados. Su situación tiene mucha afinidad con Jaime Ayala, corresponsal de La República, quien fue secuestrado y desaparecido en el estadio de Huanta.

Quizás algunos espectadores de esta época pueden dudar que existieron personas como Alonso, tan valiente que arriesgan sus vidas para decir la verdad. Personalmente, yo he conocido a mucha gente, tanto en aquellos años como en la actualidad. Ellos no pensaban que su conducta era valiente o heroica: simplemente hacían lo que sentían que tenían que hacer.

Una visión muy completa de aquellos años también la proporciona el Lugar de la Memoria (LUM), ubicado en Miraflores, al lado del Coliseo Bonilla, paradójicamente en la avenida del Ejército.

La exposición del LUM se centra en mostrar la experiencia de violencia de tres comunidades: Uchuraccay, Putis y los asháninka. Las dos primeras están ubicadas precisamente en la época de Belaúnde, como La Última Noticia. Posteriormente, a través de una serie de pantallas, el visitante puede escuchar de manera directa el testimonio de muchos protagonistas de aquellos años, desde policías hasta empresarios, desde campesinas hasta familiares de víctimas. Como ocurría en las audiencias ante la Comisión de la Verdad, muchas personas no resisten y terminan colgando los audífonos.

Es especialmente importante visitar el LUM porque podemos intuir cuál será el destino de este lugar si Keiko Fujimori gana las elecciones. Probablemente quede “cerrado hasta nuevo aviso” como sucedió con el Museo Afroperuano.

La Última Noticia muestra un país donde se desbordan el odio y el desprecio por el otro, hasta llegar a una violencia irracional. ¿Surgió tanto odio de la nada? ¿Se ha diluido? No lo creo. Me parece que esos sentimientos están latentes, por ejemplo en la exigencia de tantos peruanos de “matar a los delincuentes”.

Si quieren ver La Última Noticia, hay que llegar con una hora de anticipación para comprar las entradas, porque la dan en muy pocas salas. Cuando el sábado salí de una de las dos funciones del Cineplanet San Miguel, encontré una multitud que pugnaba por ingresar a una de las 38 funciones de la película Civil War. Pensé que, al menos en los años ochenta en Ayacucho, se había vivido también una guerra civil. En ella no había superhéroes, ni escenas espectaculares. Era una guerra dolorosa y fratricida, que muchos no querían ver y que muchos prefieren olvidar.


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Reflexiones Peruanas

Sobre el país en que vivimos y queremos vivir