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Discriminación en Ripley de Plaza San Miguel

Pretendieron que la camisa que lleva puesta un visitante  era robada

Publicado: 2015-09-18

Hemos recibido el siguiente testimonio en la página de Ciudadanos Luchando contra el Racismo: 

El día domingo 13 de septiembre mientras esperaba a unos amigos, decidí entrar a Ripley San Miguel a eso de las 5:10pm para ver las ofertas.   Estaba en el segundo piso, cuando recibí un mensaje de mis amigos, que anunciaban que ya habían llegado y procedí a bajar hacia la salida.   Me dirigí a la puerta que da a la avenida La Marina y uno de los hombres de seguridad me dijo algo que no entendí.   El resto de personas continuó saliendo normalmente así que hice lo mismo, pero cuando me había alejado un poco, noté que me seguían y era el encargado de seguridad que venía tras de mí, con otro agente además como refuerzo.   Esta vez entendí lo que decía: me indicaba que yo había sustraído algo de la tienda y debía regresar para verificar. 

Le acompañé de regreso a la tienda para dejar las cosas en claro. Lo que hizo el vigilante fue revisar el cuello de mi camisa, la que tenía puesta. Es decir, creían que yo había sustraído dicha prenda de la tienda. Por cierto, la camisa la compré en otra tienda y que yo sepa, Ripley nunca la tuvo en su stock. Al ver mi expresión molesta, el individuo evitó tocarme de nuevo, pero me pidió que le muestre la etiqueta inferior, todo esto a vista y paciencia de los clientes que contemplaban la escena. 

Después me indico que podía retirarme sin siquiera disculparse por el mal momento o los inconvenientes. Me pregunto, ¿en qué se basaron estas personas para acusarme o insinuar que había cometido dicho acto delictivo? 

Otto Angel Castillejo 

En nuestra opinión, el señor Castillejo enfrentó una situación de discriminación racial, pues el único fundamento que tuvieron los vigilantes fueron sus rasgos físicos.    De hecho, el racismo ha sido tan fuerte que él fue intervenido aunque no habían sonado los sensores electrónicos.     Probablemente, al verlo bien vestido fue demasiado "sospechoso" para los vigilantes.     

Debe señalarse que el señor Castillejo señala que ha acudido a dicha tienda a realizar compras con frecuencia y que nunca había sufrido mayor incomodidad.

Es evidente que los dos vigilantes involucrados de ninguna manera pueden seguir en una función tan delicada como la seguridad de una tienda concurrida por un público tan heterogéneo como el que acude a Plaza San Miguel.     Probablemente tienen un "perfil racial de sospechoso" totalmente inaceptable.   Resulta altamente probable que, así como ocurrió el domingo pasado, estos vigilantes hayan maltratado a otros clientes y éstos no se hayan quejado.

Más allá de la responsabilidad individual de los dos sujetos, Ripley es responsable como empresa, puesto que está obligada a brindar un servicio adecuado al público, que implica evitar la discriminación.   El  chocante incidente que vivió el señor Castillejo en Ripley de San Miguel merece una sanción por parte de INDECOPI, de acuerdo al Código del Consumidor, y de la Municipalidad de San Miguel, que el año pasado promulgó la Ordenanza 262, que sanciona todos los casos de discriminación.     De hecho, precisamente, el año pasado el centro comercial Plaza San Miguel fue sancionado por el comportamiento discriminatorio de uno de los vigilantes.  


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Reflexiones Peruanas

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