A pocos metros de Larcomar y el Hotel Marriott, referentes de la modernidad limeña, decenas de mujeres son confinadas en habitaciones infames son los cuartos de servicio del edificio Las Dalias, diseñados por el arquitecto Ismael Vinatea y vendidos por inmobiliaria CR.

Hoy, 30 de marzo, se recuerda, en el Perú y a nivel internacional, el Día de las Trabajadoras del Hogar.    En nuestro país existe la percepción generalizada que el crecimiento económico viene generando muchas ventajas a las empleadas del hogar.   En sectores altos y medios se repite que "ganan mucho más del sueldo mínimo", que ahora "ya saben todos sus derechos", que "es imposible encontrar una empleada cama adentro". 

Sin embargo, todavía subsisten muchas formas de explotación.   Miles de trabajadoras del hogar todavía desconocen lo que es CTS, pago por gratificaciones o descanso los feriados.    Son muchas las que ganan mucho menos del sueldo mínimo.    Y son muchas las prestigiosas inmobiliarias que, en las elegantes viviendas que ofrecen en Surco, Miraflores o San Isidro diseñan habitaciones de servicio que parecen calabozos.

La mayoría de estas habitaciones son más pequeñas que el ropero del dormitorio principal y, con frecuencia, el baño de servicio ni siquiera tiene un lavamanos. 

Para los arquitectos que diseñan estas "habitaciones" es evidente que existen dos categorías de personas: los propietarios, que gozan de amplios espacios, rodeados de ventanales y hermosas vistas, y las trabajadoras, que no tienen ni luz natural ni ventilación en los cuartos de servicio.

Es interesante apreciar que las inmobiliarias difunden los planos de sus viviendas segregacionistas con la mayor tranquilidad, a través de la revista Urbania  y sus propios portales de internet.

Si alguien quiere hacer un estudio sobre el racismo y la discriminación en nuestro país, basta que visite los nuevos proyectos inmobiliarios.