Silenciosamente, sin los despliegues mediáticos que rodearon a su reaparición en el mes de marzo, Frecuencia Latina habría retirado de su programación a La Paisana Jacinta. A la hora que ese programa era transmitido, se anuncia mas bien una serie bíblica.    

¿Por qué el canal de televisión tomó esta decisión? En primer lugar, porque pese a los grandes esfuerzos publicitarios del canal, el programa tenía libretos totalmente malos y previsibles, lo que generaba muy poca sintonía. En segundo lugar, la abrumadora mayoría de anunciantes había decidido no pasar sus comerciales durante las transmisiones de La Paisana Jacinta. Solamente la filial peruana de Colgate tenía allí hasta dos comerciales en la misma tanda publicitaria, pero decidió retirar sus anuncios después que varias personas le escribimos indignados.

El retiro de La Paisana Jacinta fue comentado por una de las expertas del Comité contra la Eliminación de la Discriminación Racial de las Naciones Unidas (CERD), hace unos días en Ginebra, quien también pidió al Estado garantías para que un programa así nunca regrese a las pantallas de televisión.

Para los integrantes del Comité, ver los episodios de La Paisana Jacinta fue una experiencia muy chocante. Ellos están acostumbrados a que el racismo sea algo oculto o clandestino, pero ahora tenían ante sí un programa dedicado abiertamente a menospreciar a la población indígena.

La transmisión durante cuatro meses de La Paisana Jacinta puso en entredicho la imagen del Estado peruano a nivel internacional, con reportajes difundidos desde Estados Unidos hasta Francia y desde Colombia hasta Nueva Zelanda. Lo penoso es que un programa así hacía difícil de creer que existía en el Ministerio de Cultura un área dedicada a la lucha contra la discriminación racial, denominada Alerta contra el Racismo.

No podemos desmerecer las campañas del Ministerio de Cultura contra el racismo en el fútbol, los cursos para intérpretes indígenas o la revaloración de la cultura afroperuana, pero el silencio de las autoridades frente a un programa de televisión tan nocivo ha deteriorado mucho la imagen del Ministerio entre quienes luchan contra el racismo y las organizaciones indígenas.    

En el mes de marzo, cuando Frecuencia Latina anunció la reaparición de La Paisana Jacinta, decenas de personas le escribieron a Alerta contra el Racismo para que se pronuncie y esto no sucedió. Tampoco hubo un pronunciamiento del Ministerio de Cultura cuando Hilaria Supa sufrió repetidos insultos por haberse opuesto al programa.   Lo más chocante es que la parlamentaria pertenece al partido de gobierno.   Eso sí, semanas antes, Ollanta Humala y la Ministra de Cultura se pronunciaron contra los insultos hacia un futbolista brasileño.

Debe decirse, en defensa del Ministerio de Cultura, que hace unas semanas, cuando Jorge Benavides le pidió que se reconociera a su circo como un “espectáculo cultural”, el Ministerio rehusó darle esta categoría. A nuestro entender, este espectáculo no debió permitirse o debió advertirse a los padres de familia que era un programa nocivo para los niños. Nada de esto se hizo.

La semana pasada, los integrantes del CERD fueron contundentes frente a La Paisana Jacinta. El Vicepresidente, Alexei Avtonomov, recordó que el Perú realizará un nuevo censo en 2017 y que personajes tan estereotipados como La Paisana Jacinta no contribuirán a que las personas indígenas se reconozcan como tales. “(...) al representar a los indígenas como retrasados – si yo fuera indígena – me daría vergüenza decir que lo soy”.

El Presidente, el guatemalteco Francisco Cali declaró que este programa genera en la sociedad peruana “una idea muy negativa de la mujer indígena, principalmente quechua y aymara”.   Señaló haber recibido en el Perú   información de que los hijos de mujeres andinas son víctimas de bullying en las escuelas. “Tu mamá es La Paisana Jacinta, les dicen”, declaró.

Al parecer, el programa ya no se volverá a transmitir, pero realmente indigna pensar en cuánto sufrimiento se ha causado durante estos meses gracias a la pasividad de las autoridades peruanas y a la ambición de Jorge Benavides y Frecuencia Latina.     Las secuelas continuarán por mucho tiempo.