¿A quién perjudicará la "reforma del transporte"?
Tanta improvisación afectará a quienes la Municipalidad pretende beneficiar
A partir del 26 de julio los problemas de transporte de los limeños se pueden agravar seriamente, gracias a las buenas intenciones de la Municipalidad de Lima.
Ese día, el próximo sábado, se ha anunciado que funcionará el corredor Tacna-Wilson-Arequipa, debido a lo cual, las coasters que van por la Avenida Arequipa serán reemplazadas por modernos ómnibus, que inclusive son de fácil acceso para personas con discapacidad.
Sin embargo, el problema es que se ha anunciado el retiro de las líneas que van por otras dos avenidas, Arenales y Petit Thouars, porque por allí ya no circulará el transporte público. Los funcionarios municipales quizás no se han dado cuenta que muchas de esas líneas no van por la ruta del corredor vial, sino que se dirigen a la Avenida Abancay (Chama, 36, 9), van por Canevaro hacia Salaverry (1, 41) o por Javier Prado (la línea C).
Concordamos que las combis, tan incómodas y peligrosas, deben desaparecer, pero en dichas avenidas las rutas de combis fueron canceladas en la época de Andrade y mas bien circulan diversas líneas de ómnibus, entre ellas el Chama que va a San Juan de Lurigancho, la 73, la 1 o la 13 (Santa Cruz-Carabayllo). Los ómnibus de esta última inclusive tienen una cámara para que el chofer chequee si ya han bajado los pasajeros por la puerta posterior. ¿Qué sucederá con los millares de personas que empleaban estas líneas? Supuestamente deberán ir a la avenida Arequipa, a apiñarse en los paraderos esperando ómnibus que pasarán cada 10 minutos (otras versiones señalan que cada tres minutos).
Ahora bien, lo que resulta descabellado que, mientras en París, Quito o Santiago de Chile se busca disuadir a los conductores particulares de usar sus vehículos, para evitar congestiones y contaminación, aquí la Municipalidad disponga que dos avenidas, de cuatro carriles cada una, sean vías exclusivas para taxis y vehículos particulares.
A esto se añaden varios problemas en la propia avenida Arequipa: se ha eliminado las rutas que doblan por Cuba, 28 de Julio, Canadá, Angamos o Benavides. Un amable funcionario municipal sostiene que los pasajeros que usen el nuevo corredor vial deberán bajarse en las mencionadas avenidas a tomar otros ómnibus con la evidente pérdida de tiempo y el gasto adicional, debiendo precisarse que en el corredor vial, los pasajes subirán y costarán 1.50, aún para recorridos de cinco cuadras. También deberán hacer estos trasbordos quienes viajan a San Juan de Miraflores, Barranco o Chorrillos, porque que los buses del corredor vial llegarán solamente a Larcomar.
-Será más caro –comenta un amigo que trabaja en la Municipalidad –pero se busca que los ciudadanos caminen más o usen bicicleta.
¿Podrán hacer esto las personas mayores, las madres con niños o quienes llevan bolsas del supermercado? Quienes puedan pagarlo, preferirán tomar taxi. Extrañamente, se ha anunciado que los ómnibus circularán solamente hasta las 10pm (otras versiones señalan que será hasta las 11pm, lo cual de todas maneras es más temprano que el horario actual).
Yo vaticino dos escenarios posibles: una protesta de los millones de ciudadanos perjudicados o la aparición de colectivos informales que usen las avenidas de Petit Thouars y Arenales buscando pasajeros desesperados, como ya ocurre en Wilson y Tacna, originándose nuevas congestiones. Es curioso pensar que la reforma del transporte lleve a más taxis o a extender la informalidad, pero parece que la improvisación con que se realiza va a llevar a esto.
Por eso creo y confío que habrá un tercer escenario: la Municipalidad dará marcha atrás y se olvidará de transformar ambas avenidas en nuevas “vías expresas” para los vehículos particulares.
El problema de fondo es si para lograr criterios de supuesta eficiencia se sacrifican las necesidades de los ciudadanos. Es verdad, por ejemplo, que ahora se circula por Abancay y Tacna más rápido que antes, gracias a los nuevos paraderos, pero también lo es que, debido a la deficiente señalización, los pasajeros pierden mucho tiempo buscando el paradero correcto debido a la mala señalización. Es difícil de entender por qué se tienen paraderos cada cuadra, de líneas diferentes, cuando debería haber dos o tres paraderos en toda la avenida, para así lograr mayor fluidez.
Algunos amigos que trabajan en la Municipalidad de Lima señalan que se debe tener paciencia y esperar a ver qué sucede. Lamentablemente, los propios trabajadores de la Municipalidad tendrán que gastar hasta el triple cada día sólo para llegar a su trabajo. Los que puedan usarán auto particular o irán en taxi. ¿Por qué la Municipalidad se arriesga a una medida tan improvisada pocos meses antes de las elecciones?