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Al Fondo Hay Sitio. ¿Una serie antirracista?

Publicado: 2010-09-20

No sólo en el Perú tiene gran éxito Al Fondo Hay Sitio, sino también en Bolivia, donde cuando llega Erick Elera (Joel) es recibido como un ídolo juvenil, se realizan concursos sobre quien baila como Magdiel Ugaz (Teresita) y muchas personas participan en los foros del Facebook sobre la serie.

Esta última situación llevó hace unos meses a una chica limeña a abrir el foro “Basta de Bolivianos”, frente a lo cual, un indignado estudiante de Cochabamba replicó:

-No comprendo cómo en Perú hay gente que no aprende de su propia serie.

Para él, como para otros bolivianos, Al Fondo Hay Sitio tiene un hondo contenido de crítica social, pues muestra cuán vacía es la clase alta de un país latinoamericano.

Sin embargo, para la mayoría de peruanos que conozco, es mas bien un programa para entretenerse, con intrigas, enredos y estereotipos.

Un aspecto muy interesante es que la serie evoluciona de acuerdo al interés del público.   En internet mucha gente se expresa con toda libertad, haciendo propuestas a los guionistas: “¡Ya pónganle otra enamorada a Joel!” o “¡Si matan a Peter jamás volveremos a ver la serie!”

Personalmente, me gusta mucho el manejo del lenguaje, al punto que pareciera que cada personaje tuviera su propio guionista: desde las múltiples frases en inglés de Isabela, hasta el permanente uso de jerga por Joel, Pepe y Tito; desde el acento exageradamente amazónico en Félix y Gladys hasta el castellano impostado de Peter; desde el lenguaje refinado de Francesca hasta las expresiones acriolladas de doña Nelly y andinizadas de don Gilberto.  Sólo algunos personajes femeninos (Fernanda, Charo, Grace) hablan un castellano más neutro.

Sin embargo, pese a que en todo momento aparecen prejuicios raciales, sociales y geográficos, nadie en la serie usa la palabra cholo.  Sólo en algunos momentos la racista Cayetana decía “Por culpa de estos chirusos el Perú está como está” (chiruso es una expresión argentina para referirse con desdén a los sectores populares)

¿Sería demasiado fuerte para el público escuchar que alguien llame “cholos” a los Gonzales?  Probablemente.  Aunque, pensándolo bien, los Gonzales tan cholos no son (y menos aún su amigo Tito).  No se apellidan ni Quispe ni Condori y el que tiene acento más serrano, Gustavo Bueno, es un actor tan poco andino, que en La Boca del Lobo hizo el papel de militar blanco que perpetraba una masacre de campesinos.   Quizás si los Gonzales fueran marcadamente andinos, la serie podría ser demasiado fuerte.

Sin embargo, frente a los personajes de clase alta, la serie pierde todo escrúpulo, pues en su mayoría aparecen como vacíos, materialistas, racistas o engreídos y los Gonzales los llaman por sobrenombres crueles como la Paloseco,  el Platanazo o el Gringo Atrasador.

¿Por qué entonces es en el sector A-B donde la serie tiene mayor sintonía?  ¿Por qué nadie parece sentirse afectado porque Isabella Maldini aparezca como una boba alienada?

Creo que esta paradoja está en relación con el poder.  Las telenovelas latinoamericanas siempre han presentado personajes blancos, ricos y malvados, pero las clases altas de los respectivos países saben que esto no va a generar mayor movilización en su contra (además, normalmente el héroe también es blanco y rico).  En cambio, si Al Fondo Hay Sitio se hubiera transmitido en tiempos de Velasco, probablemente habría sido interpretado como una agresión directa por un sector social que entonces se sentía amenazado.  Quizás así la perciben algunos televidentes bolivianos, debido a los procesos que está viviendo este país.

A primera impresión, inclusive, podría pensarse que la serie mantiene los tradicionales estereotipos de belleza, debido a la atracción que despiertan los personajes blancos: Joel y Grace se han pasado dos años templados de sus vecinos Fernanda y Nicolás y en similar situación han estado o están casi todos los demás personajes “populares”, como Pepe, Peter y hasta don Gilberto.

Sin embargo, creo que lo que más le gusta a los espectadores es cómo los personajes deciden pasar por alto el racismo y el clasismo.     Y así, Fernanda estuvo enamorada de Joel, Raúl sigue enamorado de Charo, Nicolás se ha ido a vivir con los Gonzales, Miguel Ignacio está ahora vendiendo juanes con Gladys y los Maldini lloraron desgarradoramente (y con ellos miles de espectadores) por la posible muerte del leal Peter.

En esos recientes episodios, uno podría preguntarse ¿realmente los verdaderos Maldini llorarían tanto en un trance similar?   ¿o estarían mas bien condicionados para tener una distancia afectiva frente a quienes consideran inferiores?  Objetivamente, claro, lo mismo podríamos preguntarnos de buena parte de la trama.

No sé si alguna de las historias de Al Fondo Hay Sitio será factible en la vida real, pero creo que su éxito se basa en que, al menos, durante una hora al día, parece que sí fueran posibles.


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Reflexiones Peruanas

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