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Bailando en el Parque Kennedy

RP 293: La importancia de los espacios públicos

Publicado: 2010-03-01

Bailando en el Parque Kennedy

 

Cuenta mi abuelita que hace unos quince años, paseaba con unas amigas por el Parque Kennedy, cuando se acercaron a observar a las parejas que bailaban en el Anfiteatro Chabuca Granda.  En medio del público estaba sentado, como un vecino más, Alberto Andrade, entonces Alcalde de Miraflores, pero cuando vio a mi abuelita se levantó para darle el asiento.

 

La remodelación del Parque Kennedy fue un punto de inflexión en el manejo de los espacios públicos en Lima, dejando atrás la idea que los parques sólo tienen una finalidad ornamental.   Andrade mantuvo dicho modelo cuando pasó a la Municipalidad de Lima para el Gran Parque de Lima o Parque de la Exposición y para la Alameda Chabuca Granda.  Allí se instalaron tres anfiteatros, donde todos los días se realizaban espectáculos, especialmente danzas de diversos lugares del Perú y programas para niños.

 

Desde que Luis Castañeda sucedió a Andrade, los tres anfiteatros lucen desolados.   La Alameda Chabuca Granda ha vuelto a convertirse en un mercado, donde a muy pocos se les ocurriría pasear.   Es verdad que Castañeda ha creado el Parque de la Muralla y el Malecón del Río, excelentes ejemplos de regeneración urbana, pero resulta evidente que la Alameda quedó condenada al abandono simplemente porque era una obra de su predecesor.

 

Algunas personas admiran a Castañeda por la creación del Circuito Mágico de las Aguas en el Parque de la Reserva y los dos parques adyacentes.  Sin embargo, esto ha implicado que, innecesariamente se cierre una de las mayores áreas verdes de Lima, creada en los años 20.  Una amiga de Santa Beatriz indica: “Mis hijos han perdido los parques donde jugaban”.  Ahora sólo se puede ingresar algunos días a la semana y durante pocas horas, eso sí, previo pago.

El contraste es marcado frente a Miraflores, donde los espacios públicos son libres y gratuitos, sea para quienes bailan en el Parque Kennedy, quienes practican ciclismo de montaña o skate o los niños que aprovechan los juegos existentes en los parques.  En mi parque preferido, el Isaac Rabin inclusive hay una resbaladera en forma de dragón y un barco en miniatura.  En otros hay áreas donde los perros pueden retozar sin estar sujetos con una correa.

El barco del parque Isaac Rabin

Resbaladera en forma de dragón. Parque Isaac Rabin.

Mirando a los

Patinando bajo un parapentista

-Esto es calidad de vida –exclamó un amigo austriaco el último fin de semana, paseando por el malecón.

 

En la mayoría de ciudades peruanas, en cambio, los espacios públicos se reducen a la Plaza de Armas.  Existen contadas excepciones como el Paseo de las Musas en Chiclayo,  el Parque de la Identidad en Huancayo o el bullicioso Boulevard de Iquitos.   Para muchas municipalidades, desde Ica hasta Trujillo, desde Cajamarca hasta Arequipa, y también en el Cono Norte, su principal forma de generar espacios públicos es otorgar licencia para un centro comercial.

 

Naturalmente, éstos tienen éxito porque en ellos la población se siente segura para pasear con su familia, inclusive de noche.   A veces, hasta un supermercado cubre esta demanda, con áreas destinadas para sentarse a comer helados, al lado de una fuente, y espectáculos musicales para niños. Es decir, lo que uno hace normalmente en un parque.

 

Ahora bien, bajo la gestión de Manuel Masías en la Municipalidad de Miraflores ha habido varias situaciones que muestran una involución en el manejo de los espacios públicos: el año pasado no se autorizó la Feria del Libro, que se trasladó a San Borja, afectando seriamente a las editoriales y al público. El 31 de diciembre, muchas personas que esperaban recibir el Año Nuevo, como habían hecho otros años, fueron desalojadas por los integrantes del Serenazgo.   A ellos yo mismo los he visto expulsar, como si fueran delincuentes, a los jóvenes que, disfrazados de estatuas metálicas, se ganaban unos soles en el parque.  El 21 de febrero también fue violentamente disuelta una celebración musical en el Parque María Reiche.

 

Resulta muy peligroso cuando los espacios públicos caen en un manejo represivo y policial: el sábado pasado, en Barranco, el ataque de la policía con bombas lacrimógenas a quienes participaban en un Carnaval en ese distrito demuestra los atropellos que pueden cometerse en nombre de la seguridad y el orden público. Niños, jóvenes y ancianos fueron agredidos como si fueran una turba de saqueadores.

 

Todos estos incidentes deben generar una amplia discusión sobre la necesidad de contar mas bien con más espacios públicos donde los ciudadanos puedan recrearse y alternar con libertad.

 

Esos espacios existen: coincidentemente, el viernes 26 de febrero, quedó desierta la subasta que había convocado Pro Inversión para convertir el cuartel San Martín en un centro de convenciones de lujo.  Ahora es un gran espacio que podría ser un hermoso parque.  Lo mismo ocurre con el cuartel Bolívar en Pueblo Libre.

 

Espero que el disfrute de los espacios públicos sea uno de los temas a discutir durante las próximas elecciones municipales. Anoche, en Miraflores, vi a mucha gente bailar en el anfiteatro. Confío en que los ciudadanos sigan disfrutando en forma libre y gratuita de todo lo que ofrecen los parques de este distrito.

Bailando en el Parque Kennedy

 


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Reflexiones Peruanas

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